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La paradoja temporal del león

Desde la ciencia ficción hasta el impacto de eventos históricos recientes, el concepto de tiempo y sus paradojas nos invita a reflexionar profundamente. ¿Cómo podemos aprovechar las lecciones del pasado para enfrentar el futuro con sabiduría y propósito? A través de una mirada judía, exploramos la importancia del arrepentimiento y la introspección en este nuevo ciclo de la vida.

por rab. Jonathan Berim

Desde ‘Volver Al Futuro’ hasta el ‘Universo Cinematográfico de Marvel’ (UCM para los amigos), pasando por ‘Terminator’ y ‘El Día de la Marmota’, la ciencia ficción nos implantó la idea de que es posible alterar el curso del tiempo. Si bien los viajes en el tiempo son algo científicamente imposible de concretar a la fecha, se convirtieron en el disparador de muchos retos teóricos y paradojas temporales.

Cómo olvidar al excéntrico Doc. Emmett Brown (Volver al Futuro, 1985), al grito de: “¡El encuentro provocaría una paradoja temporal, lo que produciría una reacción en cadena que seguramente desarticularía el continuo espacio-tiempo y destruiría todo el universo! Claro que esto sería en el peor de los casos. La destrucción podría estar localizada y reducida solamente a nuestra galaxia”. Todo para explicar el desastre que desencadenaría una persona viajando en el tiempo y evitando que sus padres se conozcan.

Marty McFly se conoce con la versión joven de su amigo el Doc. Emmett Brown en 1955

Uno de los versículos más asociados a Elul es el que encontramos en el libro de Amos (3:8): “Si el león rugió, ¿quién no temerá?”. El vínculo lo establece el Shlá Hakadosh, que escribe, en nombre de los sabios de antaño, que la palabra “león” en hebreo (“arie”) es un acrónimo del juicio divino, ya que con sus letras se forman las cuatro estaciones del mismo: Elul, Rosh Hashaná, Iom Kipur y Hoshaná Rabá. La idea es que, así como el rugido del león estremece a los oyentes, nosotros también nos estremezcamos ante la llegada del Juicio Divino y enmendemos nuestras malas conductas.

Ahora bien, en dicho versículo hay un evidente problema temporal. El mismo establece que el miedo surge a consecuencia del rugido. Entonces: si el león “rugió”, o sea, en el pasado, es en el presente cuando tiene que hacer efecto el temor. Por el contrario, si el miedo recién surgirá en el futuro inmediato, el rugido debería ser en el presente. El conflicto surge cuando en el versículo tenemos al rugido en el pasado pero al temor recién en el futuro. ¿Qué clase de enseñanza podemos tomar de este conflicto temporal?

Como también ocurrió en la mencionada película del director Robert Zemeckis, la respuesta a esta pregunta la encontramos en una antigua carta. Una misiva escrita hace casi un siglo pero que nos habla directamente a nosotros.

La carta escrita en el pasado (1955) que produce un efecto radical en el presente de la película (1985)

Faltaban días para el Rosh Hashaná del año 5697 y se estaba terminando un año particularmente duro para los judíos del mundo: el nazismo en ascenso en Alemania, Polonia prohibía la shjitá y complicaba la dieta kosher, los ataques bajo el gobierno facista del Protectorado Español de Marruecos, los pogroms árabes en la tierra de Israel y el antisemitismo que, otrora parecía olvidado, resurgía en gran parte de los países del mundo.

En ese aciago contexto, el Rab Eliahu Desler ya se había radicado en Inglaterra y decidió escribirle una epístola a su hijo adolescente que estaba estudiando en la yeshiva de Vilkomir en Lituania para hacerle llegar sus saludos y su consejo ante las Altas Fiestas que se avecinaban.

Rosh Hashaná es el día del Juicio Divino. Dios juzga a cada persona en particular y luego a cada familia, comunidad, ciudad y país en general. Ese día se decreta todo lo que acontecerá durante el año que está por empezar. Enmendando nuestras malas conductas y acercándonos a Dios, buscamos salir bien parados del juicio y que se decrete para nosotros un año que sea bueno y dulce.

Pero es muy difícil basar el cambio en especulaciones e ideas abstractas. Por eso lo recomendable, le transmite el Rab Desler al hijo un consejo que él recibió de sus propios maestros, es mirar para atrás. Cuando uno ve las desgracias que ocurrieron en el año que pasó y las vincula al día de Rosh Hashaná, genera un despertar interno que va a lograr que la superación, el cambio y los rezos de este día sagrado que se avecina sean mucho más intensos y efectivos. O sea que, viendo cómo el león rugió en el pasado (las tragedias del año que termina), podemos infundirnos del temor y la reverencia necesaria para que su efecto se nos impregne en el futuro (aplicado al año que está por comenzar).

Volviendo al presente, estamos por terminar el año más trágico para el pueblo judío desde el fin del genocidio a manos de los nazis en 1945. Al momento de escribir estas líneas, el atentado terrorista de Hamas en Israel del último 7 de octubre (Simjat Torá) y la posterior guerra que desató, se cobró la vida de 1667 personas y 101 permanecen cautivas en la Franja de Gaza. Sin mencionar los miles de heridos, las decenas de miles de desplazados y el antisemitismo brotando hasta en los lugares más insospechados del planeta.

Nos queda aplicar este consejo para que nuestro trabajo en este Rosh Hashaná sea efectivo y, si Dios quiere, podamos tener un año próximo donde llegue: la victoria definitiva con el fin de los enemigos de Israel, la vuelta de los rehenes, el consuelo, la curación, la bendición en todos los aspectos, las buenas noticias, la ansiada paz en Israel y la redención completa.

¡Ktiva bejatimá tová!

Esta entrada tiene 2 comentarios

  1. Un judio de Villa Crespo

    48.000 palestinos muertos en Gaza entre ellos 17.000 niños asesinados por el poder BÉLICO israeli indiscriminado es algo por lo que debemos auto-humillarnos y arrepentirnos como judios. Le estamos haciendo a los palestinos no que nos hicieron a nosotros. NO con cámaras de gas pero con con bombas americanas de UNA TONELADA. Siento verguenza de lo que israel se ha convertido.

    1. jonathanberim

      Lamento que la culpa le tape el bosque. Las guerras son siempre trágicas. Por eso lo recomendable es no iniciarlas. Menos si tu enemigo es más poderoso. Más desgraciadas aún son las guerras urbanas, donde tener un muerto civil por cada muerto terrorista es uno de los mejores resultados comparativos de la historia. Demás está decir que la responsabilidad y la planificación es de Hamas donde tienen cero respeto por las vidas civiles “propias” (que esperar de las “ajenas”). Más aún, desean las muertes propias (sino no se esconderían bajo infraestructura civil), ya que lo que quieren es culpabilizar a Israel, nunca proteger a “su” gente. Israel ha hecho más por los palestinos que nadie más en la historia. Demás está decir que me sorprende que confié en cifras de una dictadura fanática religiosa y construya sus opiniones sobre eso, no es de extrañar que estén torcidas. Ni hablar de la comparación entre un ejército que defiende a su gente con otro que fue creado con la el objetivo de masacras (acá es válido tanto para los nazis como para Hamas, ambos demonios con los que usted simpatiza).

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