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Miles de autos destruídos el 7 de Octubre de 2023

Lo que el 7 de Octubre nos dejó

Hace exactamente un año, nos íbamos a dormir plácidamente la noche del 6 de octubre. Noche doblemente festiva: shabat y simjat Tora, el cenit de la temporada de fiestas que había empezado 3 semanas antes. Día de suma alegría, bailes y regocijo.

Lo que no sabíamos era que dicha noche iba a ser la más larga de nuestras vidas. Un año en la oscuridad y contando. Un año con civiles, desde infantes hasta adultos mayores, cautivos en la Franja de Gaza. Un año de duelo por las 1687 vidas que nos arrebató este conflicto. Un año con miles de huérfanos, padres sin sus hijos y parejas viudas. Un año con miles de heridos, gran parte invalidados de por vida. Un año de una herida que sigue abierta. Un año entero con el calendario marcando el 7 de Octubre.

Pero si algo nos enseñó nuestra larga y tortuosa historia como pueblo, es que las tragedias también pasan. Las heridas cicatrizan y la vida continúa. La esperanza no se debe perder y la fe puede alumbrar incluso el camino más oscuro.

Pero con un requisito: que no haya sido en vano. Que los golpes nos dejen mucho más que un moretón. Que nos dejen una enseñanza. Que sean un trampolín en nuestro crecimiento personal, familiar y nacional.

Esto se logra si, luego de la crisis, no volvemos al lugar donde estábamos al comenzar la misma. Si salimos superados y elevados.

¿Donde estábamos el 6 de octubre? Estábamos envueltos en la mayor crisis social de la historia del joven estado de Israel. La sociedad agrietada por varios frentes.

En Tel Aviv encontrábamos manifestantes anti gobierno que ante el intento del ejecutivo de reformar el sistema judicial, estaban dispuestos a todo salvo a negociar. En la misma ciudad, en Kikar Dizengoff, de desató una lucha fratricida por un evento público de rezos de Iom Kipur donde iban a estar las mujeres por un lado y los hombres por otro. Política, religión, y tantos otros puntos que nos diferencian como seres humanos.

Todos solos seres pensantes, tenemos nuestras ideologías y no van a coincidir siempre con todos los demás. Y es bueno. La diferencia de criterios bien intercambiados, ayudan al crecimiento de todos.

Pero la línea roja es el odio y la pelea. La separación y segregación. Eso es grave. Eso tiene sus consecuencias.

Nada es más peligroso y vulnera más a un pueblo que las luchas entre hermanos. Nada importa más que sobreponer las similitudes a las diferencias. Priorizar lo que vincula para luego analizar y debatir lo que nos separa.

Las historias de heroísmo del 7 de octubre son miles pero déjenme mencionar la que escuche hace poco más de un mes de boca del padre de nuestro héroe: Ben Shimoni.

Ben estaba en el festival de Nova cuando comenzó el ataque terrorista de Hamas. Rápidamente entendió la situación y, aprovechando su auto y sus conocimientos de las rutas, cargó a 4 jóvenes completamente desconocidos y los llevó lejos, hasta Beer Sheva. Se hubiera podido quedar ahí seguro con ellos pero optó por volver al ojo del huracán.

Una vez ahí subió a otros 5 desconocidos al auto y los llevó a un lugar seguro a toda velocidad. Lo dejó y volvió por más gente. Cargó a otros 3 pero fue embocado por los terroristas de Hamás y asesinado.

El padre nos contó como en la mitad habló con el varias veces y le pidió que se quedara en Beer Sheva pero Ben hizo oídos sordos y continuó con su heróica gesta.

Ben no le preguntó a sus pasajeros si eran de izquierda o derecha, si eran observantes o laicos. Todas estas cosas pasan a un segundo plano cuando se mira a la muerte a los ojos.

Que no necesitemos más tragedias para fortalecer nuestro amor al prójimo.

7 de Octubre, nunca más.

Dedicado a Ben y todos los héroes de Israel.

El papá de Ben contándonos la historia de su hijo

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