En Israel la sociedad se partió entre los que se oponen a la reforma judicial y los que la apoyan. En Argentina, Venezuela, EEUU y en el mundo entero, los ejemplos de grietas sobran. ¿Tienen relación con Pesaj? ¿Pueden arruinar la festividad? ¿Podemos evitarlo?
por Jonathan Berim – Twitter: @jonathanberim
Se vive en Israel una atmósfera tensa como nunca antes en sus convulsionados casi 75 años de historia. Estamos ante una festividad de pesaj que podría ser la más triste si no tomamos medidas urgentes. Veamos de qué se trata.
Comencemos por la reforma. El gobierno presentó una ley que modifica muchos puntos de la funcionalidad y las atribuciones del poder del sistema judicial de la nación.
Esto fracturó la sociedad en dos. Los que entienden que es un atentado contra la democracia y los que apoyan la reforma entendiendo que se trata de equilibrar la fuerzas de los diferentes actores democráticos.

Ambas partes comenzaron a manifestarse, discutir hasta separarse una de la otra. Cada vez las posturas son más intransigentes. Se creó una grieta de violencia e intolerancia, lamentablemente muy común en el mundo actual.
Muchas familias incluso optaron por no juntarse a celebrar el seder de pesaj para no tener que verse con “los otros”. Algo tristemente conocido para quienes somos oriundos de latinoamérica. Ejemplos sobran: Chavistas y Antichavistas en Venezuela, Kirchneristas y Macristas en Argentina y tantos otros.
Esta es la verdadera tragedia. La diferencia de opiniones nos permite ampliar nuestro horizonte intelectual. Pero que esto sea causa de peleas y desunión es gravísimo.
Durante la noche de Pesaj se lee la Hagadá, un compendio de relatos y enseñanzas que ayudan a vivenciar la liberación del pueblo judio de Egipto. Entre los textos encontramos a los famosos “cuatro hijos”: el sabio, el malvado, el simple y el que no sabe preguntar.

Con estos cuatro personajes nuestros sabios nos transmitieron la importancia de legar el judaísmo a las futuras generaciones. Más allá de la rectitud y el carácter del niño, debemos implementar las estrategias necesarias para incentivarlo a conocer, vivenciar y disfrutar los valores de la festividad de Pesaj.
Pero hay un detalle que no se nos debe pasar por alto. Todos ellos, sea cual fuera su nivel de observancia, su personalidad o su forma de pensar, estan sentados en la mesa de Pesaj. La unión no es un concepto accesorio, es simple y llanamente un pilar de la festividad.
Más aún, es gracias a esta unión que se pueden transmitir los conceptos y la ancestral sabiduría que el judaísmo tiene para transmitir. Más allá de las ideologías, debemos ver a los seres humanos que están detrás. Es casi imposible construir desde las diferencias pero todo lo contrario ocurre si nos enfocamos en las coincidencias para dar lugar al debate y al sano intercambio de ideas.
Que tengamos un pesaj significativo, de libertad y de formación, pero antes que nada: un pesaj de paz y armonía.
Pesaj kasher besameaj
