Estamos a días de una nueva competencia mundialista. La pelota empieza a rodar y pareciera que el globo terráqueo deja de hacerlo. Aprovechemos la ocasión para conocer más sobre la relación entre los judíos y los equipos de fútbol.
por Jonathan Berim – Twitter: @jonathanberim
Hay por lo menos 4 equipos de fútbol en el mundo que están fuertemente asociados con la comunidad judía. Todos ellos por estar ubicados en zonas con mucha presencia hebrea. Comencemos con el Club Atlético Atlanta de la Ciudad de Buenos Aires.
Su estadio está ubicado en el barrio de Villa Crespo, el barrio con más población judía de todo Hispanoamérica. Hay estadísticas que afirman que unos 40.000 vecinos (de los 90.000 que tiene el barrio), son miembros de la comunidad. Incluso hay quienes lo llaman “Villa Creplaj”.
Desde sus inicios el club contó con muchos aficionados judíos y tuvo un presidente judío que dejó su marca en la institución: León Kolbowski. Bajo su mandato se logró construir el estadio bohemio (así se conoce al club) y, en homenaje, el mismo lleva su nombre hasta el día de hoy.
También en esa época (’60), el club forjó lazos con el Estado de Israel. En 1963 se convirtió en el primer conjunto argentino en realizar una gira en Israel. Jugó (y perdió) contra la Selección Nacional (0:1) y luego se recompuso goleando al Maccabi Tel Aviv (3:1).
Fueron invitados por el estado judío, quién pagó todos los gastos y además contribuyó con 3000 dólares para el club. En ese equipo se destacaron grandes figuras como: Osvaldo Zubeldia de técnico, Hugo Orlando Gatti en el arco y Carlos Timoteo Griguol en el mediocampo.
El segundo equipo fuertemente asociado con la comunidad es el Amsterdamsche Football Club Ajax de los Países Bajos. Amsterdam tenía antes de la Segunda Guerra Mundial unos 80.000 judíos en su estimado medio millón de habitantes.
El estadio estaba en el barrio judío de la ciudad y se cuenta que muchos negocios judíos cerraban temprano cuando jugaba el Ajax. De hecho los aficionados se empezaron a conecer como “De Joden” (“Los judíos”), adoptaron la estrella de David como símbolo y el famoso “Hava Naguila”.
Debemos mencionar al wing derecho Edy Hamel, quién fue el primer judío en jugar en el equipo y terminó asesinado en Auschwitz en 1943. Más tarde otro judío, Sjaak Swart, ocupó su puesto. Otra estrella judía del equipo fue Benny Muller, capitán del Ajax y de la selección.
Este país fue uno de los más golpeados por la Solución Final de los nazis. Luego de la guerra, sólo se contabilizaban 5.000 judíos en Amsterdam. Fueron sobrevivientes los que ayudaron a la reconstrucción del club y posteriormente lo llevaron a lo más alto del fútbol mundial.
El acaudalado judío de origen portugues, Maup Caransa, financió el crecimiento del club; textiles judios empleaban a muchos de los jugadores, para que puedan subsistir (era un futbol muy distinto al de ahora). El mismísimo Johan Cruyff, tuvo uno de estos trabajos.
Fue gracias a esta reconstrucción del equipo que se llegó al nacimiento del “fútbol total” y al poderoso Ajax que conocemos al día de hoy. Equipo en cuyas tibrunas se escuchó repetidamente: “el que no salta no es judío”.
Viajemos ahora al Reino Unido, más precisamente a Londres, de donde es el Tottenham Hotspur Football Club. Otro equipo asociado a la comunidad y cuyo estadio se encuentra cercano a uno de los barrios judíos de la ciudad.
Documentos de la decada del ’30 escriben que unos 10.000 hinchas del estadio, un tercio del total, era judíos. Así fue que los fans se autodenominaron como “Id Army” (ejército judío – id es judío en idish). El actual presidente del club, Daniel Levy, es de ascendencia judía.
Para cerrar esta el Bayern Munich de Alemania. Desde sus inicios fue conocido como el “Iudenklub” – “equipo de los judíos”. Entre quienes lo fundaron había dos judíos, Josef Pollak y Benno Elkan. Tanto era así que los nazis se ensañaron con el club y sus miembros.
El judío Kurt Landauer fue el presidente del club. Al ascender el nazismo, fue forzado a abandonar sus cargos y fue apresado en el campo de concentración de Dachau. Luego se exilió en Suiza y ahí se enteró que los nazis le expropiaron su casa y asesinaron a sus 3 hermanos.
En 1947 volvió temporalmente a Alemania con intención de emigrar a Estados Unidos pero fue convencido por la gente del club para volver a la presidencia. Al día de hoy ostenta el récord de permanencia en el puesto: 20 años y es considerado una pieza clave en el profesionalismo y la reconstrucción de posguerra de la institución. En 2013 fue condecorado con el cargo póstumo de “presidente honorífico”. Cabe destacar también al director técnico judío, Richard Kohn Dombi que sacó campeón al equipo en 1932.
La milenaria historia del pueblo judío tiene aristas hacía todos los aspectos de la humanidad y el fútbol no es la excepción. Quiera Dios que sea un deporte sano, recreativo y enriquecedor para todos.
Hasta aquí el hilo de hoy. Si les gusta el tema, compártanlo y comenten así sale la segunda parte sobre los jugadores de fútbol judíos.