por @JonathanBerim
Hace 25 años estaba en casa de mis padres, en la Ciudad de Buenos Aires, preparándome con mis hermanos para disfrutar del primer día de las vacaciones de invierno de mi cuarto grado de primaria. Ya estaba todo planeado: ir con la bobe (abuela en idish) a ver la recién estrenada película de Disney, El Rey León, en las modernas salas de cine del nuevo shopping Alto Palermo. Pero a las 9:53 de la mañana todo cambió.
Un atentado terrorista en plena ciudad (sólo dos años después del atentado contra la embajada de Israel). En mi mundo infantil el atentado significó cancelar la salida al cine. En la realidad adulta, se creó un vacío en la vida de 85 familias y de la sociedad argentina toda.
Pasó ya un cuarto de siglo. La AMIA cuenta con un nuevo y más protegido edificio, el Rey León vuelve a estar en las carteleras del mundo y las vacaciones de invierno están por comenzar nuevamente. Pero nada será igual.
El cartel negro con letras blancas se destaca en el muro que protege al nuevo edificio de la mutual. VERDAD Y JUSTICIA se lee en el mismo junto a los nombres de las víctimas. Un reclamo perpetuo del que la comunidad judía y la sociedad argentina en su totalidad se hacen eco año a año.
Un reclamo que encuentra sus bases en el Talmud (Abot 1:18) que afirma que tres son los pilares de una sociedad: la verdad, la justicia y la paz. Un reclamo al que me permito, desde el judaísmo, agregarle una palabra más: ACCIÓN.
El judaísmo es ajeno a la teoría alejada de la realidad. El judaísmo no busca formar teólogos abstractos. El judaísmo es materializar las ideas que lo definen en nuestra forma de vida, es hacer algo concreto para que este mundo sea un lugar mejor.
Es por eso que se hace imperativo agregar esta tercera acción al reclamo. Pero ¿cómo lo hacemos?
VERDAD: debemos activar la memoria. Difundir los hechos, contarlos y recordarlos. Por medio de nuestra divulgación fortalecemos la conciencia y le devolvemos la existencia a todos aquellos que la perdieron ese fatídico 18 de julio.
JUSTICIA: debemos continuar exigiendo al gobierno y a los jueces que avancen en la investigación. Sólo haciendo justicia se puede cerrar el ciclo del dolor y comenzar a sanar.
ACCIÓN: debemos hacer nuestro aporte. Tenemos el listado de las 85 personas que nos dejaron en el sanguinario atentado. 85 personas cuyos aportes directos al perfeccionamiento del mundo se vieron interrumpidos. 85 testigos que quedaron en el piso en Pasteur 633.
Seamos nosotros su continuación. Agarremos la posta que quedó suspendida en el tiempo. Tomemos uno de estos nombres y hagamos una mitzvá (buena acción) en su memoria. Un aporte positivo al mundo en lugar de dicha persona. Que el mundo sea hoy, un poco mejor que ayer.
Esta es una respuesta judía.
Muchas gracias por la conmovedora nota