¿Como lograr que el seder de pesaj haga efecto en nosotros y nuestros hijos? Para pesaj nos preparamos como nunca: limpieza, ropa, utensilios, comida, dónde y con quién compartir la comidas pero, ¿qué pasa con lo más importante? ¿tomamos en cuenta la parte educativa?
Cuando una persona va al cine, sale lleno de sensaciones. Por dos horas se abandona el mundo real para sumergirse en el relato del director. Se siente lo que él estableció, se piensa lo que él quiere que pensemos y hasta se tararean las melodías que él eligió para su obra. Y, en ocasiones, este efecto se propaga en el tiempo. [Quizás sea esta un de las razones del éxito del séptimo arte, un escape para evitar encontrarse con uno mismo.]
Quién vio la superproducción de Hollywood sobre la salida de Egipto, prácticamente se sintió esclavizado, sintió las plagas, vivenció la liberación e incluso cruzó el mar Rojo (y todo sentado en una cómoda butaca!).
¿Qué pasa, en cambio, al terminar el seder de pesaj? ¿Qué sensaciones nos acompañan? Aún más importante ¿qué se llevan nuestros hijos?
La experiencia debe ser ampliamente más significativa que una película. El seder de pesaj contiene la esencia misma de la educación judía y no puede pasar desapercibido.
“Y le contarás a tu hijo en ese día [de la fiesta de pesaj] diciendo, es por esto [las mitzvot de la fiesta] que hizo Dios por mí cuando salí de Egipto” (Bó 13:8). De este versículo se infieren muchas enseñanzas. Analizaremos dos de ellas para llegar preparados a la mesa del seder.
Una de ellas, es la mitzvá de relatar el éxodo de Egipto en la noche del seder y que todo que el aumenta en el relato es alabado (Hagadá de Pesaj; Mishné Torá, Halajot Jametz UMatzá, Capítulo 7 y 8).
En el versículo citado, hay una aparente contradicción. Por un lado sabemos que la Torá nos habla a nosotros; por otro lado: ¡ninguno de nosotros fue realmente esclavo en Egipto! De aquí se aprende que debemos sentir que nosotros mismos salimos a la libertad, en primera persona (Pesajim 10:5, Pirush haMishnaiot shel haRambam). ¿Cómo se logra esto? Empapándonos de conocimiento sobre la vida de nuestros antepasados cautivos. No alcanza con saber leer y traducir el texto de la hagadá, debemos dedicar suficiente tiempo en la víspera de pesaj al estudio de lo que ocurrió para poder interiorizarlo y luego transmitirlo.
Una vez adquirido el conocimiento, nos embarcamos en la tarea de transmitirlo. Tenemos que conocer bien al público para poder preparar algo a su medida. Los oyentes son muchos pero es aconsejable poner el foco en los niños presentes (“Le contarás a tu hijo“). Debemos programar (¡nada de improvisar!) el seder en función de ellos. No todos los niños son iguales, varían en edades, capacidades e intereses. Hay que decidir que se va a contar y qué no, no todo es explicable para cierta edad y hay temas que interesan más que otros. Hay que programar como se van a transmitir las cosas, material visual, muñecos, juegos. También debemos elegir las palabras correctas, no se requiere una presentación académica, se requiere que lo que contemos produzca un efecto en los oyentes.
Si le dedicamos a estos preparativos, el tiempo adecuado; nuestro seder va a ser mucho más efectivo y perdurable que cualquier otra cosa.
Pesaj kasher besameaj!
Jonathan Berim
Twitter: @JonathanBerim
Me encanto el consejo ya que es muy importante que quede inpregnado en la mente de los niños y que se disfruten la cena y cada año la esperen con una nueva expectativa. Muchas bendiciones. Shalom
Muy bueno!
Jag sameaj!
Muchas gracias! Jag sameaj!
El pesar es la recordación eterna de que somos esclavos en este mundo y solo Di-s no liberará de la esclavitud de la corrupción.
QUE NECESARIO, AUNQUE SEA UNA VEZ AL AÑO, RESULTA MUY ÚTIL RECORDAR EL PESAJ. CONSIDERAR ADEMÁS, QUE ASÍ COMO MOISÉS, POR SU OBEDIENCIA, RESULTARA LA HERRAMIENTA ADECUADA PARA QUE DIOS HICIERA LA OBRA DE LIBERACIÓN; PODEMOS NOSOTROS, OBEDECIENDO A DIOS, TRANSMITIR A NUESTROS HIJOS LOS EJEMPLOS QUE FORJARÁN MUCHO MÁS SUS VIDAS, QUE NUESTRAS ENSEÑANZAS.
Muy didáctico y creativo